El día 10 de diciembre por la tarde fuimos a casa de Miguel Abenia Es un gran amante de los animales . Se había ofrecido a enseñarnos sus aves rapaces y hablar de su afición por la cetrería. Le viene desde muy pequeño, cuando tenía 13 o 14 años, pero luego tuvo que abandonarla al comenzar sus estudios en Zaragoza. Cuando acabó la carrera y se casó retomó otra vez esta afición. Ha sido presidente de la Asociación de Halconeros de Aragón y ganado muchos premios con sus halcones. Su mujer Maricarmen le ayuda a criarlos y cuidarlos.
Al llegar a su casa nos estaban esperando en el garaje. Pasamos a la bodega y nos sentamos en bancos al rededor de la mesa.Vimos tres huevos de halcón, uno de avestruz, el esqueleto de la cabeza de un buitre, plumas de pavo real, un silbato para patos, muchas fotos, trofeos y un cuadro con muchas clases de caperuzas para las aves. En un extremo de la mesa había un atril para posar y pesar las aves.
Nos enseñó muchas caperuzas. Se hacen a mano con cuero y metal. Tienen muchas piezas, es muy costoso hacerlos y llevan un agujero para el pico. La cetrería estuvo prohibida en España durante mucho tiempo, sólo se permitía como control de plagas.Cuando acabó de explicarlo todo muy bien y contestó a todas las preguntas que le hicimos, se puso un guante de cuero. Era para que no le arañasen y salió al jardín a buscar a las aves. Nos dijo que estuviéramos muy callados porque con la bulla se asustan.
Entró un halcón peregrino hembra y lo colocó en el atril. El puso la caperuza, lo pesó extendió sus alas y sus garras. Pesaba casi 900 gramos.Nos dijo que en esta especie la hembra es más grande que el macho. Luego la sacó y entró al macho, pesó 550 gramos.Explicó que los halcones son de alto vuelo. Cuando los sueltan suben 300 o 400 m para ver a sus presas desde arriba (patos, palomas, pajarillos...) Tienen una vista ocho veces mejor que la nuestra y casi no tienen olfato. Cuando ven a una presa se lanzan en picado y la matan con un pico que tienen en en interior del pico, arriba. No siempre atrapan a sus presas, sólo aciertan uno de cada diez intentos más o menos. El halcón peregrino tenía las plumas de color negro blanco y marrón
Luego entró el halcón gerifalte, era marrón y blanco. Con la caperuza puesta lo tocamos. Dijo que a ellos no les gusta pero se aguantan. Era muy suave, parecían terciopelo. Como se puso a chillar muy raro lo sacó.
Nos contó que eran especies protegidas y que en la actualidad cada comunidad autónoma regula la cetrería de diferente forma. En Aragón el decreto regula los requisitos que hay que cumplir para criar y practicar la caza, así como las diferentes aves que se pueden utilizar. Las personas que quieren practicarla lo notifican al ENAGA y pagan 40 euros. Luego en el centro de recuperación de la fauna silvestre de la DGA, les ponen un mocrochip y así se las puede localizar si se pierden. A él se le perdió uno y lo encontraron en La Zaida.
Cuando entró el águila Harrys. como está muy bien adiestrada no le puso caperuza y ella sola saltó al atril para que la pesaran. Tenía una mirada penetrante y movía constantemente el cuello de un lado para otro, como para decir que no nos conocía. Vimos que sus alas y su cola eran distintas porque es un ave de bajo vuelo, así puede meterse entre los matorrales y atrapar con sus garras conejos, liebres perdices... Sus plumas eran marrones y blancas. Luego comenzó a dar unos gritos chirriantes muy molestos. se había puesto nerviosa porque no le daban de comer, como era su costumbre, así que la sacó a su jaula del jardín. Nos encantó su agresividad, su altivez y su plumaje
Luego salimos al jardín y vimos cómo estaban todas sobre un atril. Tenían anillas para identificarlas en las patas. También tenía palomas para darles de comer y una perra de caza joven y muy bonita.
El águila estaba en una jaula porque sino a lo mejor atacaba a los halcones. Al acercarnos a ella comenzó a volar de un lado a otro y nos fuimos para que no se hiciera daño ella misma.
Al entrar en la bodega Maricarmen nos había preparado un picoteo con patatas, ganchitos y coca cola. Luego nuestra tutora Carmen les regaló un bolígrafo de recuerdo y nos hicimos muchas fotos. también vimos vídeos que tenía en el teléfono. El vídeo de cuatro pollitos con su madre dándoles de comer nos encantó. cuando vuelva a tener pollitos igual nos llama para que los veamos. ¡Sería emocionante! Cuando llegó la hora de irnos les dimos un gran aplauso por lo amables que habían sido con nosotros. A la vuelta de vacaciones irán los de 4º B. nos encantó la visita y queremos volver. ¡BRAVO MIGUEL!
AUTORES: Alumnos de 4ºA