Halloween es una fiesta de origen celta, antigua civilización europea que creía en la inmortalidad del alma. Cuando alguien moría su alma pasaba a otro, pero la noche del 31 de octubre volvía a su antiguo hogar para pedir comida y sus actuales moradores estaban obligados a dársela.
Esta costumbre fue llevada a América por los inmigrantes irlandeses y se mezcló con creencias y supersticiones de otros inmigrantes como brujas, duendes, dráculas, monstruos de todas las especies y finalmente se añadió la calabaza. Esta fiesta arraigó fuertemente en el folklore de Estados Unidos y desde allí se propagó por todo el mundo.
La víspera de Todos los Santos los niños se disfrazan y van con una vela introducida en una calabaza vaciada, en la que se hacen incisiones para formar una calavera, de casa en casa. Cuando les abren la puerta gritan: "truco o trato” (broma o regalo) para indicar que gastarán una broma a quien no les dé golosinas o dinero.