DESARROLLO DE CONDUCTAS RESPONSABLES (Extraído del Desarrollo de Conductas responsables de 3 a 12 años, editado por el Gobierno de Navarra)
Transcrito por una Profesora del Centro.
Es muy frecuente oír a madres y padres cosas como:Transcrito por una Profesora del Centro.
"En casa no hace nada."
"Se le olvida todo."
"Si no estoy encima, no estudia."
"Tiene su cuarto como una leonera."
Todo esto puede deberse a que los hijos no hayan tenido oportunidad de aprender actitudes responsables
apropiadas a su edad o que, por sus características, se hayan resistido a asumir esas responsabilidades que les corresponden.
La cantidad y variedad de situaciones que se dan y la importancia de este aspecto de la educación para el
equilibrio personal de nuestros hijos e hijas nos han animado a publicar este documento.
No se trata de un manual de consulta ni tampoco de un mero punto de referencia para comparar el desarrollo de nuestro hijo o hija con datos estadísticos. Además de esto, pretende servir como instrumento de análisis y reflexión tanto para padres y madres como para hijos e hijas en el proceso de adquisición de conductas responsables.
Educar es ayudar a la persona a alcanzar la capacidad de ser independiente, de valerse por sí misma, de
tomar decisiones, de hacer uso de la libertad desde el conocimiento de sus posibilidades, y esto no se improvisa: es un proceso largo y costoso, que se inicia en la familia y tiene su continuidad en la escuela y otros ambientes sociales.
La responsabilidad es la capacidad de asumir las consecuencias de las acciones y decisiones
buscando el bien propio junto al de los demás.
Los niños deben aprender a aceptar las consecuencias de lo que hacen, piensan o deciden. Nadie nace responsable. La responsabilidad se va adquiriendo, por imitación del adulto y por la aprobación social, que le sirve de refuerzo.
El niño siente satisfacción cuando actúa responsablemente y recibe aprobación social, que a su vez favorece
su autoestima.
Educar en la responsabilidad no es tarea fácil. Se consigue solo mediante el esfuerzo diario de padres y educadores, pero la recompensa de grande: educar adultos responsables.
ASPECTOS EVOLUTIVOS
No es fácil saber qué se puede exigir a un niño o hasta dónde es capaz de actuar de un modo responsable y
adecuado a su edad pero, teniendo en cuenta las distintas etapas de su desarrollo, podemos señalar los
siguientes niveles de capacidad:
Entre dos y tres años: Puede hacer algunas tareas bajo el control del adulto. Todavía no comprende
lo que hace bien o mal y obra de acuerdo a mandatos y prohibiciones porque no posee autocontrol.
Colabora con el adulto en ordenar y guardar sus zapatillas, su pijama, regar las flores y hacer algunas tareas concretas como poner y recoger las servilletas, etc.
Entre tres y cuatro años.- Observa la conducta del adulto y la imita. Actúa en función del premio o el castigo. Ya va siendo capaz de controlarse y de tener orden en sus cosas. Colabora en guardar juguetes y los debe recoger. Puede poner algunas cosas fáciles en la mesa como el plato y los cubiertos, etc. Se desnuda solo y se viste con ayuda. Aprende a compartir las cosas y a esperar su turno. Muestra interés creciente por jugar con otros niños.